¡Qué bueno que existe Libertad de Expresión, Libertad de Expresa, Comercio!. Todas las libertades 
que la constitución le ofrece a la Sociedad y sus ciudadanos hay que cuidarlas, respetarlas, preservarlas, defenderlas.
Pero también es cierto que los objetivos supranacionales deben ser priorizados y los recursos del estado dirigirlos hacia estos.
La
 marca país que representa la música autóctona dominicana, su 
preservación, su difusión, debe ser y tiene que ser objetivo primordial 
para el estado, como sucede en cualquier sociedad.
La aun no 
naciente discusión del proyecto de Ley de Música propuesto por el 
cantaautor Manuel Jimenez ha tenido una fuerte y despiadada oposición de
 ADORA que 
usa para ello las emisoras que están en su asociación y eso es válido, 
cada quien usa las armas que posee e incluso usando opiniones 
lacerantes, irrespetosas e injerencistas de cubanos residentes en España
 y Miami que nada tienen que ver con la República Dominicana.
El 
estado debe en este y otros temas tener objetivos claros pues es sabido 
que la música y el arte en general se usan para invadir las sociedades y
 manipularlas para que quien prime sea el comercio.
Hoy vemos que
 festividades foraneas se han impuesto a base de precisamente los medios
 de difusión masiva sobre las mas bellas costumbres dominicanas que nos 
acompañan por siglos. Nos invanden el Halloween y sus brujerías, el Santa
 Clauss pagano mata a los reyes magos cristianos, reuniones de Thanks 
Giving en medio de nosotros pero en ingles, el día de ofertas lo llamamos 
Black Friday y luego lloramos el que nuestra música ya no se escuche ni 
en la zona colonial llena de productos extranjeros.
El 
estado debe respetar, tiene que respetar las libertades, pero está en la
 obligación moral de los cheles que entrega por concepto de anuncios 
publicitarios destinarlos solo a las estaciones de radio y TV que se 
preocupen verdaderamente en priorizar los valores nacionales, la música 
nacional, las costumbres que hacen de un pueblo sentirse orgulloso, la 
marca país que atrae turistas y permite con ello el desarrollo de una 
nación.
Podría el estado perfectamente no dar un peso a
 los que priorizan sus libertades individuales por encima de los 
objetivos de tener una sociedad mejor.
Quieren libertades,
 perfecto, el dinero del estado, que lo pagamos todos tiene que estar 
destinado a crear un futuro orgullosamente dominicano.
 
 
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