Con mucha fuerza los choferes están buscando que el gobierno les
respete sus derechos dizque adquiridos, por haber durante años guiado a
los pasajeros y las necesidades de la población.
Pero hoy, las
guaguas irrespetan a todos, hacen carreras entre ellas, arañan a todos
los carros que van junto a ellos, se llevan la roja, van de carril en
carril como locos, a veces pensando que van solos op que transportan
vacas, paran en las esquinas violando la ley, se meten por las
urbanizaciones irrespetando su propia ruta y muchas veces sus guerrillas
hacen que los pasajeros sean sus víctimas de sus conflictos. Es justo
incluir a los choferes de la OMSA que en menos escala pero muchas veces
se comportando e forma irrespetuosa contra todos.
Si quieren que se les respete, pues respeten.
Aun
cuando reconocemos que hay muchos choferes son decentes padres de
familia, la verdad es que la población tiene una pésima opinión del
comportamiento nada ético, muchas veces coincida de los choferes que a
los primeros que irrespetan es a sus pasajeros.
¿Y que decir que los camiones de carga?
Ver
que se va a cruzar en el Malecón o en la Jacobo Magluta es simplemente
un acto de terror, pues la velocidad de esos monstruos hace temer
siempre lo peor.
Y nadie hace nada, los dueños de los
sindicatos no piden a sus choferes que respeten, que no obstruyan el
tránsito, que no paren en las esquinar, que no ocupen dos carriles de
dos o de tres como sucede en la San Vicente de Paul en el puente de la 17.
No valdrá que se
asten miles en anuncios pidiendo al gobierno, el gobierno tiene la peor
opinión de su comportamiento y la población piensa peor.
Si quieren que se les respete, pues respeten.
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