Siempre he pensado que más que forcejeo político, era parte de un plan "profiláctico" para crear "un nuevo PRD" con lo que quedara, y que este separación no ha sido casual, sino planificada.
Hoy son dos partidos, con gran parte de la base junta y con padrón igual, ambos dicen ser dueños del electorado.
De toda esta "guerra", el resultado ha sido, entre otros, la disminución de la figura de Miguel Vargas y el Partido Revolucionario Dominicano.
La mayoría de los perredeistas hoy están indignados con la forma en que se ha conducido este tema, aun cuando por lealtad partidaria permanecen en el partido.
El nombramiento de Miguel Vargas para candidato presidencial parecería un intento en frenar por todas las vías cualquier ascenso de Guido Gomez en el partido.
La campaña iniciada por el #PRD, llamada #DIMELO, con la imagen deteriorada de Miguel Vargas constituye un error estratégico de grandes proporciones.
La prioridad hoy es enarbolar el significado histórico del PRD y su símbolo del "Jacho Encendio" en vez de intentos fallidos de levantar la imagen de su candidato, quien posee mínimas opciones para incluso, sacar un 5%.
¿Quien pensó la fallida estrategia?. No lo sé. SIn embargo, es claro que no aguanta una evaluación de "mercadeo en kindergarten".
Miguel Vargas no es el PRD, sino miles de personas, muchas de ellas no de acuerdo con la presidencia ni con la candidatura a "dedo", pero están ávidos de ver como el glorioso partido se levanta de nuevo a ser lo que merece.
Cada paso del PRD en lo siguiente debe ser bien pensando, colocando los intereses del partido ante todo, ante todo.
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