Cuando un periodista de talla y prestigio usa su libertad de escribir y los medios su deber de publicarle, debe no mentir para hacer honor a su fama como periodista.
Nadie sabe por qué cada día los lenguajes se tornan más agresivos, ya llegan a mentir, antes simplemente abordaban temas de los cuales no sabian absolutamente nada y en ese caso, hay que apelar a su ignorancia, que es clara en muchos aspectos.
En un artículo sobre la segura inaudita comparación que hacen algunos entre Chavez y Lula, llegando incluso a decir que son dos tipos de izquierdas, se hace referencia al respeto que Lula le tuvo a las instituciones y es verdad.
Pero hablando de modelos, hay que recordarle a los periodistas de corta memoria que mientras en Venezuela se vive hoy en Santa Paz y más de la mitad de la población sigue el legado del fallecido Chavez, el modelo que aplicó Lula y que siguió Dilma hoy está en quiebra y el pueblo se ha tirado a las calles, además, la salida de Lula del poder destapó increibles casos de corrupción del gobierno de Lula Da Silva que él no supo combatir, precisamente las mismas "verdades" que hoy un autor critica en su libro sobre el pasado presidente dominicano ...en este caso, ¿no hay actitudes controverciales?
Pero lo más asombroso de este artículo indiscutiblemente lleno de desprecio sobre el presidente que más simpatias ha causado en el mundo hasta ahora como lo es Hugo Chavez y que posiblemente solo sea comparado a Nelson Mandela en las muestras de respeto y cariño, cosa que dificilmente levanten los ídolos de derechas que solo explotaron a nuestros pueblos durante décadas, es que se miente horriblemente sobre el "cierre de canal de Radio y TV", cuando se sabe perfectamente que no fue cierre, simplemente, cesó la permiso de uso de los recursos y no la renovaron, pero no fue cierre.
Este tipo de acciones son decisiones gubernamentales y pasa a cada rato en Estados Unidos y en Reino Unido, sin que le llame nadie "cierre".
Tiene cada quien la libertad de opinar y escribir de lo que quiera, de enarbolar sus ideas, defender sus principios pero lo condenable es y siempre será la distorción de la realidad para crear matrices de opinión, eso no es periodismo.
No entiendo por qué se empeñan en escribir no diciendo las cosas por su nombre, usando la magia de la palabra de forma errada, no hay necesidad para dar a conocer las opiniones de presentar una mentira como verdad, irrespetando al lector, única víctima de una pluma sagaz.
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